El problema de la justificación de la deducción es el problema de la filosofía de la lógica acerca de cómo justificar los métodos deductivos propios de las ciencias formales, suponiendo que necesitan ser justificados.En 1895, Lewis Carroll publicó un breve ensayo titulado Lo que la tortuga le dijo a Aquiles, donde por medio de un diálogo entre estos dos personajes, expone un problema en la justificación de la deducción. Carroll observa que para aceptar la verdad de una conclusión en base a un argumento deductivo, es necesario aceptar tanto la verdad de las premisas, como la validez del argumento Y así ad infinitum.
Este relativismo sostiene que pueden haber muchas verdades y lo que a un filóso le incomoda es la tendencia a razonar sobre el sentido común, mientras que el constructivismo sostiene que el fenómeno es distinto a la cosa en sí , de esta forma, la verdad es construida por el aparato cognitivo. Boghossian autor del libro el miedo al conocimiento quiere que el lector se oriente a buscar el modo de ser de las cosas, independiente de nuestras opiniones. En filosofía hay una línea que divide a la opinión del conocimiento.La creencia no es conocimiento fundamentado ni verificado. la filosofía continúa en evolución y por ello se ha nutrido de esta corriente de pensamiento.Desde que el estructuralismo y los estudios culturales alcanzaron predominio como perspectiva de estudio de las letras y ciencias humanas, todo discurso ha perdido inocencia, cualquier premisa, estamento, teoría o ensayo es sujeto a distintos procesos de decodificación. El lenguaje de la teoría del sentido de la palabra garantiza que se llega a una lectura o interpretación correcta; ahora esto supondría un entrenamiento académico; pero Boghossian proclama que el va a cuestionar a todo lector, sea cualquiera su nivel cultural y social a llegar a una forma acertada de razonamiento.Las ideas en filosofía siempre se han expuesto a debate, desde sus orígenes, el reto que se enuncia en un lenguaje de divulgación, es probar que estas discusiones no son estériles, o que al menos hay una forma de llegar al fondo de las cosas dicerniendo las formas aparentes.
“La ciencia del primer mundo es sólo una ciencia entre otras”. Paul Feyerabend.
El privilegio y la jerarquía científica se han ido desvaneciendo hasta el punto de que es posible adoptar cualquier creencia como enunciado válido de posibilidad sobre el mundo. Mítico o científico, religioso o mágico, cualquier enunciado puede ser adecuado para describir la realidad. La universalidad del conocimiento, la condición de que un enunciado pueda ser admitido como válido por “cualquier otro”, impersonalmente, se desvanece a favor de la posibilidad de que “cualquiera” pueda interpretar los hechos según sus creencias,
Se trata de recuperar la dignidad de la ciencia demarcando, y, por lo tanto, jerarquizando, la ciencia de la impostura. Quedaría la duda, no obstante, de si la independencia de los hechos del sujeto que observa fuera refutada, a su vez, por las consideraciones que ven en la necesaria intervención del observador el resultado de la aparición de objetos de una u otra manera distinta, volviendo indefinida la frontera sujeto-objeto, cuestión que, no obstante, ocurría aquí, allí, mañana más tarde y antes tambiénDesde hace ya varios años el relativismo y el constructivismo se han utilizado, por parte de los gobiernos y de los ideólogos en general, para construir las verdades a medias que nos han querido transmitir. .Las susodichas tendencias filosóficas se basan en el sentido común y en la observación de los hechos. Por eso convencen a todos. Atamos los cabos, sumamos dos y dos y listo. Pero, tras tantos siglos de filosofía parece mentira que se nos pueda engañar como a niños.
Boghossian pone de relieve la importancia del pensamiento individual, de la opción que tiene el ser humano de opinar y de no tragarse lo que quiera la caja tonta. Cuando llegue ese momento se vivirá una democracia real donde cada ciudadano podrá opinar sobre todo lo que le concierne. De ahí el miedo al conocimiento por parte de los que manejan la información. Lo malo es que ciertos politicos y periodistas convertidos en clerigos se empeñan en corregir los datos científicos con dogmas y tradiciones piadosas.
El creacionismo no se conforma con ser un mito del origen, más o menos respetable como tantos otros, sino que intenta disfrazarse de ciencia como "diseño inteligente" para colarse en las escuelas -que excluyen con buen criterio la enseñanza de doctrinas religiosas Ya se escuchan truenos episcopales contra la asignatura de Ciencias del mundo contemporáneo y no sólo contra Educación para la Ciudadanía. Denuncian que se pretenda imponer una "concepción del mundo", como si el conocimiento científico no surgiese de la observación experimental de la realidad sino del capricho político.
Con el pretexto de que la ciencia no resuelve todos los enigmas de la naturaleza, aconsejan recurrir a la religión aunque no resuelva ninguno.basta recordar la escalofriante leyenda que campea según Dante sobre la puerta del infierno:
"Son la primera sabiduría y el primer amor quienes me crearon". De esa proclama monoteísta nacieron todos los totalitarismos.Un ejemplo de todo esto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario