miércoles, 22 de septiembre de 2010

Fantomas


Fantômas
Uno de los más populares personajes en la historia del crimen francés, Fantômas fue creado en 1911 y apareció en un total de 32 volúmenes escritos por los dos escritores, además de otras 11 obras de Marcel Allain, tras la muerte de Souvestre. Fantômas ha sido el tema de varias adaptaciones al cine, televisión e historieta. Su importancia en la historia del crimen y la ficción no puede ser subestimada, pues representa la transición entre los villanos de la novela gótica y los asesinos en serie modernos.
El personajeFantômas fue presentado unos años después que Arsenio Lupin, otro famoso ladrón. Pero mientras Lupin dibujaba la línea del asesinato, Fantômas no muestra piedad y es mostrado como un sociópata que disfruta matando de una forma sádica.Es totalmente despiadado, y no es leal a nadie, ni siquiera a sus propios hijos. Fantômas es un maestro del disfraz que aparece siempre bajo una falsa identidad, a menudo la de una persona que él mismo ha asesinado. Además hace uso de increíbles y extravagantes técnicas en sus crímenes, como plagas de ratas infectadas, serpientes gigantes y cuartos que se llenan de arena.El fondo de Fantômas sigue siendo vago. Podría ser descendiente de ingleses o franceses; al parecer, habría nacido en 1867.



En los libros se establece que en 1892 el hombre que después se convertiría en Fantômas se hacía llamar Archiduque Juan North, en el principado alemán de Hesse-Weimar. Ahí se convirtió en el padre de un niño, Vladimir, hijo de una noble desconocida. En 1895, Fantômas estaba en la India; allí, una mujer europea dio a luz a una niña, Hélène, cuyo padre pudo ser Fantômas o un príncipe hindú que era su dependiente; y que creció en Sudáfrica.Para 1897, Fantômas estuvo en Estados Unidos y México, donde arruinó a su entonces socio de negocios Etienne Rambert
En 1899, él peleó en la Segunda Guerra de Bóer en Sudáfrica con el nombre de Gurn. Peleó en Transvaal como sargento de artillería bajo el comando de Lord Roberts. Se convirtió en el asistente de campo de Lord Edward Beltham de Scottwell Hill y enamoró a su joven esposa, Lady Maud Beltham.Sobre su regreso a Europa, Gurn y Lady Beltham fueron sorprendidos en su nido de amor en París, Rue Levert, por el esposo de Maud. Lord Beltham estaba a punto de disparar a Maud cuando Gurn lo golpeó con un martillo para después estrangularlo.
Entonces Fantômas tomo el lugar de Ettiene Rambert y acuso a su hijo, Charles, por un asesinato que él había cometido. Haciéndose pasar por Ettiene, convenció a Charles de esconderse, pero el joven pronto fue encontrado por el detective de la policía francesa Juve, obsesionado con la captura de Fantômas. Juve sabía que Charles era inocente y le dio una nueva identidad como el periodista Jerôme Fandor, empleado del periódico La Capitale.
Más tarde, Juve arrestó a Gurn y presentó un convincente argumento en el que demostraba que Gurn y Fantômas eran la misma persona, sin embargo la evidencia era demasiado circunstancial para ser real. En la víspera de su ejecución, Gurn (Fantômas) escapó de la custodia siendo reemplazado por un actor que había adquirido la apariencia de su última identidad, y fue ejecutado en su lugar.Lady Beltham permanecía en una constante y desgarradora tortura, entre su pasión por el villano, y el horror de los crímenes que cometía; hasta que finalmente se suicidó en 1910.Fandor se enamoró de Hélène y, a pesar de los intentos de Fantômas de separarlos, se casaron.
El hijo malvado de Fantômas, Vladimir, reapareció en 1911. La novia de Vladimir fue asesinada por Fantômas, y él mismo fue muerto por Juve.

Homenajes y relacionados
Fantômas pudo haber sido influido por su predecesor Zigomar, creación de Léon Sazie, cuya primera aparición como serie fue en Le Matin en 1909, luego como revista con 28 ediciones en 1913 y nuevamente como Zigomar contre Zigomar por ocho ediciones más en 1924.Sólo en Francia, Fantômas posee numerosos imitadores. Entre ellos Tenebras de Arnould Galopin, Masque Rouge de Gaston René, Belphégor de Arthur Bernède, Demonax de R. Collard; y Tigris, Fatala, Miss Teria y Ferocias del mismo Marcel Allain.
Un gran número de villanos italianos de la década de 1960 fueron claramento influenciados por Fantômas. Entre ellos Diabolik, Kriminal, Killing y Satanik.Se cree que el film original de 1963 de La Pantera Rosa fue influenciada por Fantômas. Sir Charles Lytton, también conocido como the Phantom sería el análogo a Fantômas, y el inspector Clouseau el de Juve.Paperinik, un súperhéroe alter ego del Pato Donald creado por Guido Martina y Giovan Battista Carpi en 1969 está parcialmente basado en Fantômas. Su predecesor Fantomius estaba obviamente basado en el nombre de Fantômas.
En Francia, el personaje es conocido como Fantomiald. En 1999, Mike Patton llamó a su banda de Avant Garde Metal Fantômas por el personaje de las novelas.Existe un personaje de Marvel llamado Fantomex, que apareció por primera vez en agosto de 2002. Fue creado por Grant Morrison e Igor Kordey para New X-Men.
En una de las historias de la novela gráfica La liga extraordinaria, volumen II, Fantômas es descrito como miembro de Les Hommes Mysterieux, la contraparte francesa de la Liga, junto a Arsenio Lupin, el pirata aéreo Robur el Conquistador y Le Nyctalope. En The League of Extraordinary Gentlemen: Black Dossier, el encuentro de la Liga con Les Hommes es detenido una vez que Fantômas detona una bomba que destruye la Opera GarnierFantômas inspiró la novela de Julio Cortázar Fantomas contra los vampiros multinacionales (1975). CUANDO CORTAZAR CONOCIO A FANTOMAS
"Fantomas contra los vampiros multinacionales" es una pequeña obra magistral de Julio Cortázar, quien convierte al viejo personaje de los pulps franceses en un héroe justiciero y libertario. En alguna oportunidad, alguien cercano le envió una historieta mexicana, creación de la legendaria editorial de tiras cómicas mexicana Novaro, dedicada al misterioso personaje en donde por la trama del guión, aquel se contactaba con varios escritores e intelectuales reconocidos, incluyendo al propio Cortázar, con el fin de indagar por una serie de sucesos misteriosos, relacionados con la desaparición e incineración de obras culturales, especialmente libros.
Verse convertido en personaje de historieta le hizo gracia al narrador argentino, pero decidió devolver el favor, así como no le habían consultado para mencionarlo en el cómic, de igual forma sin pedir permiso, él escribiría una historia mezclada con dibujos variando el argumento de la historieta. Cortázar que no daba puntada sin dedal, aprovechó para matar dos pájaros de un solo tiro, y de paso divulgó el trabajo desarrollado por el Tribunal Russell II , audiencia conformada por intelectuales que realizó denuncias sobre la violación de derechos humanos en América Latina (tribunal del cual fue vicepresidente Gabriel García Márquez). El texto de Cortázar, es difícil de definir, podría decirse que se trata de un divertimento exquisito, con su precisa y preciosa prosa, un agudo sentido del humor y su insobornable compromiso social.
Ahora bien, resulta interesante repasar la historia de Fantomas, quien originalmente es muy diferente al personaje presentado en la obra cortaziana, y por extensión en la historieta mexicana, es decir como un héroe justiciero, con preocupaciones intelectuales y de corte revolucionario, enfrentado contra las grandes multinacionales, en profética anticipación de esta era globalizada, en donde se pierde el sabor local tradicional, por el ambiente homogenizante, uniforme, incoloro e inodoro.
Fantomas vio la luz parisina en 1911 de las manos de Pierre Souvestre y Marcel Allain, autores de los libros de misterio cuyo protagonista es este individuo del cual ignoramos su rostro, el especialista José María Guelbenzu, descarta que estos libros pertenezcan al género policíaco e incluso de misterio, habla de "folletín gótico". Fantomas no es el héroe, por el contrario, es el villano de la historia, un criminal refinado e intelectual, que por su astucia, elegancia y toque misterioso despierta admiración, se trataría de lo más cercano al "antihéroe", que nunca es atrapado por el detective Juve, su alterego.
No es muy claro el leitmotiv de Fantomas, su objetivo al delinquir, al parecer es su forma de existencia, absolutamente anómico, rechazando las reglas de la sociedad, estremece que se trate de una encarnación tan sobria del mal, siempre oculta tras una máscara, pues es el amo del disfraz. Este terrible pero atrayente personaje, luego sería llevado al cine, en versiones francesas, a excepción de una película muda norteamericana y un flime belga.
Sobresalen cinco películas desde 1913, dirigidas por Louis Feuillade, en una saga que se anticipó a las series contemporáneas de héroes y espias como James Bond.En la década de los sesenta, el nombre de Fantomas regresa a las pantallas francesas, pero esta vez como pretexto para las ocurrencias del gran comediante Louis De Funès, en tres películas ("Fantomas", "Fantomas contra Scotland Yard" y "Fantomas vuelve"), que combinaron el ambiente oscuro con la ironía, resultado obvio, una buena dosis de humor negro.
De igual manera hubo una miniserie de televisión francesa, realizada en 1979 por Juan Luis Buñuel, hijo del célebre director Luis Buñuel.Es interesante observar que el personaje trascendió las obras artísticas, literarias o cinematográficas, que se verían como simple decorado de sus perversas acciones, hasta el punto de conformarse una "Sociedad de Amigos de Fantomas", integrada por intelectuales como Guillaume Apollinaire, Jean Cocteau, Max Jacob. Se trata de una figura, rodeada del mismo halo de un Conde Drácula por ejemplo, que a pesar de su naturaleza repulsiva proyecta un espíritu romántico. Corrían los años setenta cuando apareció Fantomas contra los vampiros multinacionales.
Una utopía realizable narrada por Julio Cortázar, publicación que la crítica cortaziana ha olvidado de tanto no mencionar. El olvido de la crítica puede obedecer a que esta narración presenta, al menos, dos órdenes de dificultades.
Primero, su marcada vocación política, expresada de un modo todavía más evidente que en el resto de la producción del autor argentino. Y la crítica le huye, en general, al compromiso político y a analizar obras en las cuales el tono, el tema, el trasfondo, sean políticamente contingentes. Por supuesto que hay excepciones, sobre todo si las obras atacan a gobiernos, instituciones o personajes relevantes, considerados demasiado progresistas desde la conservadora mirada de los detentadores del poder.
Segundo, el texto incorpora diversos registros, muchos de ellos iconográficos, de muy diversa procedencia, como comics, infografías, collages, ilustraciones, etc., cosa que hace muy complejo el análisis de la obra como práctica textual. Y la crítica literaria se solaza y vanagloria de ser eso: crítica "literaria".

Para comprender el origen de Fantomas contra... hay que recurrir a la memoria, ya que la ciencia histórica parece funcionar mejor, amén de sus desaciertos y mentiras flagrantes, con la distancia de los siglos, y ya sabemos que 20 años no es nada. Pero, dicen, los pueblos sufren de mala memoria, así que para entender los setentas hay que echar una mirada sobre la década inmediatamente anterior.
Las consignas de mayo del '68, uno que otro triunfo de las fuerzas progresistas, las utopías volviéndose realidad, los hippies, el LSD y otras yerbas, perdón, otras hierbas por el estilo, hacían vivir un tiempo de optimista primavera intelectual, donde había que ser realistas y pedir lo imposible. La década que le siguió trajo rápidamente el invierno. Los golpes militares llenaron el mapa de Sudamérica de zonas oscuras de gobiernos dictatoriales.
El "patio trasero" de E.E.U.U. seguía bajo control gracias a la intervención de diversas Agencias de Inteligencia (?), pero con un alto costo en víctimas de violaciones a los derechos humanos, asesinatos políticos, críticas múltiples por la actividad delictual del país del norte en la prensa de (casi) todo el mundo e investigaciones de su propio congreso y de otros organismos internacionales.
Uno de estos organismos fue el Tribunal Russell II, en el que participó Cortázar, junto a otras notables personalidades políticas y culturales, como el poeta y abogado chileno Armando Uribe. El resultado de la investigación del tribunal resultó en una amplia condena a diversos gobiernos: Chile, Brasil, Uruguay, Bolivia, Paraguay, el del propio E.E.U.U. y varias de sus agencias de inteligencia, como la CIA y la DEA, y algunas empresas multinacionales, como la ITT, la Kennecot, la Anaconda, etc.

Los pueblos, además de tener mala memoria, a veces no quieren saber ni lo que les pasa. Quizás por ello las resoluciones del Tribunal amenazaban con desaparecer en el tráfago de noticias del espectáculo, la moda o la crónica roja. Cortázar era ya un escritor lo suficientemente reconocido como para tener la idea de que un libro suyo podría servir de vehículo para la publicación del Acta del Tribunal y para las propias ideas sobre las dictaduras. Construye Fantomas contra..., entonces, con una misión de denuncia que se aclara desde las primeras páginas, generándose un "divertimento" intenso, apasionado, profundo y complejo. Claro, al genio del escritor no le bastaba con una nouvelle de pura denuncia.
Como ya era parte de su estilo y de su estética, sacude nuestra visión de la realidad con una extraña mezcla de realidad y fantasía, de literatura y cómic, de biografía e imaginación. Cortázar, en su viaje de Bruselas a París, lee un cómic, ya de vuelta de la reunión del Tribunal Russell II. En esa historieta de Fantomas participan como personajes él mismo y otros escritores famosos. La lectura es atractiva a pesar de lo ingenuo de la trama, pero todo se complica cuando los personajes de esa historia y los reales "del texto" se confunden.
El propio Fantomas aparece en el departamento de Julio Cortázar varias veces, dejando una constante estela de vidrios rotos a su paso. Fantomas, personaje que era la delicia de la infancia de nuestros padres y abuelos, allá por los años '50 y '60, descubrirá, junto al autor, que su historieta es falsa, un simple distractor para sus verdaderos enemigos, diversas agencias de seguridad y otras tantas multinacionales.
El héroe arremeterá contra ellos en solitario, como un antiguo caballero artúrico (el texto mismo tiene un par de encabezados a la usanza de la novela caballeresca), pero en vano. Los enemigos son demasiado fuertes, demasiado numerosos y se regeneran con facilidad. El mensaje final es de desconfianza respecto de estos héroes de infancia: confiamos demasiado en ellos, les esperamos con demasiada paciencia, nos hemos dejado atropellar y matar esperándolos. Lo único que nos puede salvar es unirnos todos contra este nuevo y gangsteril enemigo.
A fin de cuentas, eso era lo que quería Julio, que leyésemos el Acta... Leánla y de paso refresquen la memoria histórica.

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