El síndrome de Münchausen es un trastorno psiquiátrico, que se caracteriza por inventar y fingir dolencias (o incluso provocárselas a sí mismo, mediante la ingesta de medicamentos o mediante autolesiones) para llamar la atención de los médicos, y ser tratado como un enfermo.
En 1951, los Dr Richard Asher usaron el término “síndrome de Munchausen” para describir a adultos que se inventaron enfermedades para conseguir la atención médica, para adoptar el papel de enfermedad y recibir los procedimientos médicos totalmente innecesarios así como los tratamientos, pero sobre todo recibir la constante atención del personal médico y la fama y celebridad de padecer una enfermedad “rara” o desconocida.
En más de 95% de casos del Síndrome de Munchausen, la madre es quien ocasiona las enfermedades
También se lo conoce en el mundo de la medicina pediátrica bajo el nombre de Síndrome de Munchausen por poder en alusión.
Es casi más conocido el síndrome de Münchhausen por poderes, por el cual un adulto provoca o hace fingir las enfermedades sobre un niño que está bajo su control, frecuentemente hijos o sobrinos.
El síndrome de Münchausen debe diferenciarse de otras afecciones como la hipocondría, otros trastornos somatomorfos, o la simple simulación para obtener un beneficio de la enfermedad (se diferencia del síndrome del Munchausen en que el único beneficio que obtienen los afectados por el síndrome de Munchausen es el derivado de estar enfermos, mientras que el simulador busca beneficios económicos, eludir la cárcel o, una vez que estas dentro de ella , no salir a realizar las tareas encomendadas etc).
Es una forma de maltrato infantil en la que uno de los padres induce en el niño síntomas reales o aparentes de una enfermedad o situaciones accidentales.
Este trastorno casi siempre involucra a una madre que abusa de su niño buscándole, o para ella misma, atención médica. Se trata de un síndrome raro, poco comprendido cuya causa es desconocida. La madre puede simular síntomas de enfermedad en su niño añadiendo sangre a su orina o heces, dejando de alimentarlo, falsificando fiebres, administrando sustancias para inducir vómitos o diarrea.
En el hospital, la madre es muy colaboradora y apreciada por el personal de enfermeras por el cuidado que le da al niño. Comúnmente se la ve como devota y de una abnegación poco común, lo que hace poco probable que el personal médico sospeche el diagnóstico real. Sus visitas frecuentes también le dan fácil acceso para poder inducir más síntomas. Los cambios en el examen físico o signos vitales nunca son presenciados por el personal del hospital, pero casi siempre ocurren en presencia de la madre.
A estas madres les gusta el prestigio social de una enfermedad misteriosa; les gusta la proximidad a los profesionales médicos poderosos; les gusta la atención y el drama, la prisa de la adrenalina de la Sala de Urgencias. Además de eso, algunos parecían obtener satisfacción por aterrorizar a sus niños.
Barón de Münchhausen.Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen (Bodenwerder, 11 de mayo de 1720 – íd., 22 de febrero de 1797) fue un barón alemán que en su juventud sirvió de paje a Antonio Ulrico II, duque de Brunswick-Lüneburg y más tarde se unió al ejército ruso. Sirvió en él hasta 1750, tomando parte en dos campañas militares contra los turcos. Al volver a casa, Münchhausen supuestamente narró varias historias increíbles sobre sus aventuras.
Münchhausen sirvió de paje a las órdenes de Antonio Ulrico II, duque de Brunswick-Lüneburg, con quien se trasladó a Rusia, donde fue nombrado corneta de la caballería rusa cuando Antonio Ulrico se convirtió en generalísimo en 1739. En 1740, sería ascendido a teniente. Destinado en Riga, participaría en dos campañas contra el Imperio otomano en 1740 y 1741. Cuando Antonio Ulrico fue encarcelado en 1741, Münchhausen permaneció al servicio del ejército ruso, y fue nombrado capitán de caballería en 1750.
En 1744 contrajo matrimonio con Jacobine von Dunten en Perniel, cerca de Duntes Muiža, en Livonia. Después de retirarse, vivió con su esposa en Bodenwerder hasta la muerte de ésta en 1790. Allí adquirió una curiosa reputación por las exageradas historias que contaba sobre las aventuras que había vivido en sus campañas militares, pero fue considerado al mismo tiempo un honesto hombre de negocios. Münchhausen volvió a casarse en 1794, terminando este matrimonio en un ruinoso y discutido divorcio. Murió sin descendencia en 1797.
El personaje literario creado por Raspe y basado en el auténtico barón de Münchhausen se caracteriza por las hazañas extraordinarias y extravagantes de las que fue protagonista, como montarse en balas de cañón, viajar a la Luna (donde los selenitas pueden separarse de su cabeza) o al infierno con Vulcano, bailar en el estómago de una ballena, matar a un oso y cubrirse con su piel para pasar desapercibido entre otros osos, cabalgar sobre un caballo cortado por la mitad (cuando bebía agua, ésta le salía por la parte de atrás al mismo tiempo), sacarse a sí mismo de una ciénaga tirando de su coleta, llegar a un pueblo completamente enterrado por la nieve —de tal manera que al día siguiente, cuando la nieve se despeja, y el pueblo aparece a los ojos de todos, se da cuenta de que ha atado su caballo a la aguja más alta del campanario, y que por tanto éste se halla colgando del mismo— o conseguir encender la mecha de un fusil gracias a su nariz (esto le permitió, entre otras cosas, viajar agarrado a una cuerda que se encontraba conectada a una bandada de patos, los cuales le llevaron en un gran trecho de su extraordinario periplo).
El sultán ofreció al barón un exquisito vino de Tokaji, que el barón supo apreciar, aunque declaró que allá en las bodegas del emperador de Viena existía un Tokaji de una calidad aún superior. El sultán no se tomó a bien esta afirmación, y obligó al barón a realizar una apuesta: debería traer dicho vino en una sola hora al palacio del sultán y, si éste era en realidad mejor que el del turco, podría llevarse de su palacio todas las riquezas que pudiera. Pero si era de calidad inferior, le cortaría la cabeza. El Barón manda entonces a Berthold en busca del vino, pero ante su tardanza, Gustavus detecta por su oído que éste se ha quedado dormido bajo un manzano a unas cuantas leguas de allí, con lo cual, para solucionarlo, Adolphus dispara para hacer caer una manzana del árbol que despierte así a Berthold, quien llegará finalmente al palacio justo antes de que el barón pierda su apreciada cabeza.
El sultán tiene que reconocer que el vino del barón es claramente mejor, así que el barón cumple con lo prometido: se lleva todas las riquezas del sultán que puede. Contando con un forzudo como Albrecht, esto supone la totalidad de las mismas, lo que acarrea una persecución implacable por parte del sultán, que no permite que salgan vivos de ésta. Sin embargo, el ingenio y las extraordinarias habilidades de Münchhausen y sus hombres se imponen, y acabará por salir victorioso una vez más.
En el siglo XIX la historia había sufrido ampliaciones y transformaciones a manos de muchos escritores conocidos y se había traducido a muchos idiomas, contando con un total de unas 100 ediciones diferentes. Las aventuras del barón de Münchhausen también se habían publicado en Rusia, donde eran bastante conocidas, especialmente las versiones infantiles
En 1998 la editorial británica Hogshead Publishing lanzó al mercado un juego de rol multijugador y narrativo creado por James Wallis y titulado The Extraordinary Adventures of Baron Munchausen. En él los jugadores han de adoptar el papel de un grupo de aristócratas del siglo XVIII en el que, por turnos, se desafía a cada jugador a relatar, sin poder detenerse, una historia improvisada a partir de una línea inicial dada por otro jugador. Los participantes pueden interponerse, introduciendo cierto número de dificultades a la historia en cualquier momento, y finalmente todos ellos jugarán a descubrir las incoherencias internas del relato y votar a quien haya sido sido el mejor mentiroso.
Hay un club de Nietos de Münchhausen en Kaliningrado (antigua Königsberg). Con la ayuda de la ciudad hermana de Bodenwerder (Alemania), lugar de nacimiento del barón, el club ha acumulado cierto número de «pruebas históricas» de la presencia del barón en Königsberg: un antiguo tálero de plata «devuelto» a Kaliningrado por el alcalde de Bodenwerder como deuda por una jarra de cerveza bebida por Münchhausen, la Orden de Santa Ana concedida por Pablo I de Rusia al barón por su «intachable servicio» y el esqueleto de una ballena en cuya tripa el barón estuvo atrapado una temporada.
El 18 de junio de 2005 se celebró la gran inauguración de un monumento dedicado al barón, que fue regalado a Kaliningrado por Bodenwerder, y que representa a Münchhausen montando sobre la bala de cañón. También hay un monumento a él dedicado en su ciudad de nacimiento.
La primera adaptación cinematográfica de la vida del barón fue un cortometraje dirigido por George Méliès en 1911.
En 1943 el libro de Raspe fue adaptado en una película alemana, Münchhausen, dirigida por Josef von Baky y escrita por Erich Kästner, con Hans Albers en el papel protagonista y Brigitte Horney como la emperatriz Catalina la Grande. Éste fue el cuarto largometraje alemán rodado en color, profusamente rodado con efectos asombrosos para la época en los estudios UFA
En 1961 se realizó otra adaptación checa.
En 1979 Mark Zakharov rodó la película rusa, Tot samyy Mungauzen, sobre la historia de la vida del barón tras aventuras relatadas en el libro, particularmente sus esfuerzos para demostrar que estaba cuerdo.
La adaptación más conocida fue dirigida en 1988 por Terry Gilliam, ex miembro de los Monty Python, y titulada Las aventuras del barón Munchausen (The Adventures of Baron Munchausen), rodada en Belchite (España), con John Neville en el papel del barón y la participación, entre otros, de Robin Williams,
relatedSarah Polley, Uma Thurman y Eric Idle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario