martes, 30 de noviembre de 2010

Jean Paul Marat

Jean-Paul Marat (Boudry, Suiza, 24 de mayo de 1743 – París, 13 de julio de 1793) fue un científico y médico francés de padre sardo y madre suiza que realizó gran parte de su carrera en el Reino Unido, pero que resulta más conocido como activista, periodista y político durante la Revolución francesa.
Se le identificó con el ala izquierda de la Revolución. Fue tan amado por los sectores más desposeídos de la sociedad como detestado por los aristócratas y burgueses. Para garantizar el triunfo revolucionario, estuvo a favor de medidas tan radicales como las llamadas Masacres de septiembre de 1792 de los "enemigos de la revolución" encarcelados. Fue miembro del partido Cordeleros durante la Revolución francesa y ayudó a consolidar el Reinado del Terror elaborando "listas negras".
Marat fue el hijo mayor de Jean Paul Marat (Giovanni Marie), nativo de Cagliari (Cerdeña), y Louise Cabriol, de Ginebra, nació en Boudry, Neuchâtel, el 24 de mayo de 1743. Sus padres eran protestantes. Tras la muerte de su madre en 1759, Marat inició sus viajes y pasó dos años en Burdeos, estudiando medicina. Finalmente se asentó en París, donde hizo uso del conocimiento que poseía sobre sus dos ciencias favoritas, la óptica y la electricidad, para curar enfermedades oculares. Tras algunos años en París se trasladó a Holanda, y posteriormente a Londres, donde ejerció su profesión.

Su primera obra publicada, escrita en inglés y más tarde traducida y publicada en francés, su idioma nativo, fue Philosophical Essay on Man (Ensayo filosófico sobre el hombre, 1773), donde demostraba atesorar un extenso conocimiento de los filósofos ingleses, franceses, alemanes, italianos y españoles. El ensayo ataca directamente a Claude-Adrien Helvétius, quien, en su ensayo De l'esprit (Sobre el espíritu), declaraba que el conocimiento de la ciencia era innecesario para un filósofo. Marat opinaba que sólo la fisiología podía solucionar los problemas de conexión entre el cuerpo y el alma. El duro ataque de Voltaire al Essay, tras la impresión en Ámsterdam de la versión francesa en 1775, sólo sirvió para hacer más famoso al joven autor.


En 1774 publicó The Chains of Slavery (Las cadenas de la esclavitud), solicitando a los distritos electorales a rechazar a los amigos del rey de Inglaterra como candidatos al Parlamento.
Un ensayo de 1775 sobre la gonorrea le proporcionó el reconocimiento como doctor en medicina por la Universidad de Saint Andrews. Tras volver a Londres publicó Enquiry into the Nature, Cause and Cure of a Singular Disease of the Eyes (Investigación sobre la naturaleza, causa y cura de una enfermedad ocular singular
Rápidamente, Marat llegó a ser muy popular entre la aristocracia como doctor de la corte, e incluso Jacques Pierre Brissot, en sus Memorias, admite su influencia en el mundo científico de París. Continuó con sus investigaciones médicas, centrándose en el calor, la luz y la electricidad, sobre los que presentó memorias en la Academia de Ciencias Francesa, aunque no consiguió ser aceptado como miembro, pues los académicos estaban horrorizados por su osadía al disentir de Isaac Newton. Sus experimentos interesaron sobremanera a Benjamin Franklin, quien solía visitarle, y Goethe siempre consideró el rechazo de la academia como una clara muestra de despotismo científico.
En 1780 publicó en Neuchâtel un Plan de législation criminelle (Plan de legislación criminal), fundamentado en los principios del marqués de Beccaria. En abril de 1786 dimitió de su trabajo en la corte y, tras unos pocos años, completó una nueva traducción del Opticks de Newton (1787) y su libro Mémoires académiques, ou nouvelles découvertes sur la lumière (Memorias académicas, o nuevos descubrimientos sobre la luz, 1788).
En las vísperas de la Revolución francesa, Marat dejó completamente a un lado su carrera como científico y filósofo. Cuando, en 1788, el Parlamento de París y otros notables aconsejaron la reunión de los Estados Generales por primera vez en casi 150 años, Marat decidió dedicarse enteramente a la política. Su panfleto Offrande à la patrie (Ofrenda a la patria) se centró en los mismos puntos que el famoso Qu'est-ce que le Tiers État? (¿Qué es el Tercer Estado?) de Abbé Sieyès.


Tras la reunión de los Estados Generales, Marat publicó un suplemento a la Offrande, fechado en junio de 1789, seguido en julio por La Constitution (La constitución) y en septiembre por Tableau des vices de la constitution d'Angleterre (Cuadro de los vicios de la constitución de Inglaterra), con el objetivo de influir sobre la estructura de una constitución para Francia. Este último escrito fue presentado a la Asamblea Nacional Constituyente y era una disensión anti-oligárquica para enfrentarse a la anglomanía que dominaba la Asamblea.

En septiembre de 1789, Marat inició su propio periódico, llamado al principio Moniteur patriote (Monitor patriótico), cambiado cuatro días después a Publiciste parisien (Divulgador parisino), y llamado finalmente L'Ami du peuple (El amigo del pueblo). Desde esta posición, expresaba sus sospechas sobre todos los que ocupaban el poder, a los que llamaba "enemigos del pueblo". Aunque Marat nunca se unió a una facción específica durante la revolución, condenó a varios grupos desde L'Ami du peuple, e informaba de sus supuestas deslealtades (hasta que se demostraba su culpabilidad o inocencia). Tales declaraciones le ganaron el sobrenombre de La ira del pueblo.

Marat atacaba a menudo a los grupos más poderosos o influyentes de Francia, incluyendo al Cuerpo Municipal, la Asamblea constituyente, los ministros o la corte de Châtelet. Ésta manera de proceder dio como resultado su encarcelamiento desde el 8 de octubre al 5 de noviembre de 1789.

En enero de 1790 se le intentó arrestar de nuevo por su agresiva campaña contra el marqués de La Fayette, aunque huyó a Londres, donde escribió Denonciation contre Necker (Denuncia contra Jacques Necker, ministro del rey Luis XVI). Volvió a París en mayo para continuar la publicación de L'Ami du peuple, atacando a muchos de los ciudadanos más poderosos de Francia. Temiendo las represalias, Marat se vio forzado a esconderse en las catacumbas de París, donde contrajo una enfermedad crónica de la piel (presumiblemente dermatitis herpetiforme)

Marat, ferviente partidario de la abolición de la monarquía borbónica, atacó posteriormente a los líderes revolucionarios más moderados. En julio de 1790, escribió: «Quinientas o seiscientas cabezas cortadas habrían asegurado tu descanso, libertad y felicidad. Una humanidad falsa ha sostenido tus brazos y ha suspendido tus soplos; debido a esto, millones de tus hermanos perderán sus vidas».



Marat depositó sus esperanzas en la Asamblea constituyente, pero perdió la fe en las acciones de la Asamblea legislativa. En diciembre de 1791, huyó de nuevo a Londres, donde escribió su libro École du citoyen (Escuela del ciudadano). En abril de 1792 volvió a París, tras ser llamado por el Club de los Cordeliers, que le dieron una base política sobre la que trabajar.

Durante este periodo, Marat fue criticado con frecuencia, así que tuvo que esconderse hasta la insurrección del 10 de agosto, cuando el Palacio de las Tullerías fue sitiado y la familia real fue protegida con la Asamblea legislativa. Esto provocó que Karl Wilhelm Ferdinand, duque de Brunswick, llamara al aplastamiento de la Revolución, lo que sirvió para inflamar los sentimientos en París.

Posteriormente, Marat tomó su asiento en la Comuna de París, y solicitó que se juzgara a los monárquicos encarcelados. Al no realizarse ningún juicio, apoyó las Masacres de septiembre, en las que cientos de prisioneros políticos fueron asesinados, y estableció el Comité de vigilancia , cuyo papel declarado era eliminar de raíz a los contrarrevolucionarios (Marat compuso las listas negras a partir de los sospechosos de crímenes políticos). Una de sus víctimas pudo haber sido el químico Antoine Lavoisier.

Aunque aún no estaba afiliado a ningún partido, Marat fue elegido para representar al pueblo francés en la Convención Nacional en septiembre de 1792. Cuando Francia fue declarada una república, el 22 de septiembre, Marat dejó de publicar L'Ami du peuple y, tres días más tarde, empezó el Journal de la République française (Diario de la República francesa). Muy en línea con L'Ami du peuple, criticaba muchas de las figuras políticas de Francia, e hizo de Marat alguien muy impopular entre sus compañeros de la convención.

Su postura durante el juicio del depuesto rey Luis XVI fue también sorprendente. Declaró que era injusto acusar a Luis de cualquier cosa anterior a su aceptación de la constitución, y aunque solicitó implacablemente la ejecución del rey por el bien del pueblo, no permitió que Malesherbes, consejero del rey, fuera atacado desde su periódico, llamándolo «sage et respectable vieillard» («anciano sabio y respetable»).

El 21 de enero de 1793 el rey Luis fue guillotinado, un episodio que generó gran controversia política; de enero a mayo, Marat luchó agriamente con los girondinos moderados, asegurando que eran enemigos encubiertos del republicanismo, y llevó a su público a una violenta confrontación con ellos. Los girondinos ganaron el primer asalto: la Convención ordenó que Marat fuera juzgado ante el Tribunal revolucionario. Las tornas se giraron cuando Marat fue absuelto y devuelto a la Convención con un renovado apoyo popular.


La caída de los Girondinos el 31 de mayo, provocada por las acciones de François Hanriot, se convirtió en uno de los últimos logros de Marat. Su enfermedad de la piel estaba teniendo efectos negativos en su vida, y lo único que aliviaba las molestias eran los baños calientes donde se pasaba gran parte del día escribiendo las publicaciones siguientes de L'Ami du peuple. Marat estaba en su bañera el 13 de julio de 1793 cuando una mujer que afirmaba ser una mensajera desde Caen (donde los girondinos huidos intentaban ganar una base en Normandía) solicitó entrar en su cuarto. Otra versión cuenta que fue supuestamente a entregarle una lista de los contrarrevolucionarios, a lo cual Marat responde que al siguiente día serían apresados y guillotinados.

Él la dejó entrar, le preguntó los nombres de los que la enviaban, y tras apuntar sus nombres presuntamente dijo: «Serán todos guillotinados». Otra versión cuenta que Charlotte Corday nunca dio la lista y solo atinó a empuñarle el cuchillo. La joven aristócrata Charlotte Corday, sacó un cuchillo comprado minutos antes en una tienda, al otro lado de la calle, y le apuñaló en el pecho. Marat gritó «A moi, ma chère amie!» («¡A mí, mi querida amiga!») y murió. Corday era girondina, y su acción provocó represalias, en las que cientos de adversarios de los Jacobinos (tanto monárquicos como Girondinos) fueron ejecutados bajo los cargos de traición. La misma Corday fue guillotinada el 17 de julio de 1793 por el asesinato de Marat.

El asesinato no hizo más que engrandecer su imagen entre las capas más pobres de la sociedad, que lo identificó como a un mártir de la Revolución.

Toda la Convención Nacional acudió a su funeral, y sus cenizas fueron colocadas en el Salón de los Espectáculos, donde tenían lugar las sesiones. Cuando los jacobinos iniciaron sus campañas de descristianización deísta, Marat fue casi santificado, y su busto sustituía a menudo a los crucifijos en las antiguas iglesias de París.

La República lo elogió con el siguiente texto:

Como Jesús, Marat amó ardientemente al pueblo y nada más que a él. Como Jesús, Marat odió a los reyes, los nobles, los sacerdotes, los ricos, a los mediocres, y, como Jesús, no dejó de combatir estas pestes de la sociedad.


http://www.youtube.com/watch?v=MzL6-yyQK8g&feature=related

Marat – Sade” se desarrolla en 1808, en el manicomio de Charenton situado en las afueras de París. En dicha institución, donde se recluían los enfermos mentales de las clases medias y altas, el Marqués de Sade desde 1803 penaba una de sus múltiples condenas. De común acuerdo con la dirección y con fines terapeúticos, Sade montaba representaciones abiertas a familiares y amigos de los internos. Basándose en estos hechos, Peter Weiss escribió su drama situando a Jean Paul Marat , sumergido en una bañera que le alivia de una infección general de la piel en los últimos días de su vida, antes de ser asesinado por Carlota Corday. El Marques de Sade se interpreta a sí mismo y los actores “locos” interpretan a los diversos sujetos sociales.

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