martes, 6 de marzo de 2012

Redes sociales...



"Las tecnologías de la comunicación no ofertan comunidad sino aislamiento y agregación"
En La depresión informativa del sujeto. Ignacio Castro Rey explora cierto costado de las nuevas tecnologías de la información; conjetura sobre la supuesta ‘libertad’ que promueven esos sistemas y sostiene que el capitalismo –en cualquiera de sus vertientes– es un dispositivo de amansamiento disciplinario por sustracción.
Asegura que “el sujeto transfiere a la religión socio-estatal todas las decisiones vitales, desde su medicación hasta la descendencia y su divorcio” y encuentra respuestas en la literatura: “Insisto en que, no lejos de Clarice Lispector,

"debiéramos volver a concebir la libertad como una negociación con lo que nos ata, una travesía por nuestra patología más turbia”.
La violencia de la información consiste en que con una dialéctica entre miedos inducidos y promesas repartidas, ha logrado una dicotomía sin precedentes entre todas las condiciones naturales de existencia y la ilusión de la libertad. Esta ‘liberación’ de la identidad de todo lo que sea arraigo crea una oscilación embrutecedora entre estados larvarios y prolongados de pasividad (como máximo de interpasividad, dice Baudrillard), donde el sujeto se mantiene misteriosamente catatónico, y brutales pasos al acto donde el sujeto intenta desesperadamente una catarsis, una realización definitiva.
Buena parte de la obscenidad televisiva y de las nuevas formas de delito y crimen, a veces absurdas, no se explicarían sin esta pérdida paradójica del término medio en la sociedad de los medios, un mundo dominado por la mediación infinita.
Es la impotencia de la pasividad, inducida por la religión del consenso, lo que crea esos brutales pasos al acto. Como si el yo no pudiera ejercer ya de instancia mediadora entre el ello y el superyó y sólo quedase la oscilación espectacular entre esos dos polos.
Los dispositivos de evaluación constante (empresarial, social, médico, escolar) que no tienen una diferencia concreta de quien la ejerza pues su poder está extendido por todo el cuerpo social, hunden al individuo en un anonimato mortífero, una pasividad letal que se alimenta del hecho de que hoy la ilusión de delegación (el nuevo feudalismo) se ha arraigado en la más profunda intimidad.
No hay comunidad sin presencia real, sin esa complejidad envolvente, sin el reto de un evento real que es contingente y no reversible: no se puede teclear, no tiene varios canales, ni ‘ventanas’ ni ‘pasillos’.
"Las tecnologías de la comunicación no ofertan comunidad, sino que venden aislamiento y agregación, narcisismo y conexión masiva del narcisismo."
Hace falta una tecnología existencial maneje esa tecnología social.
Si falta tal potencia, dejamos que esos medios se conviertan en fines.
Estoy con la idea de que las redes sociales son tanto un mecanismo de exposición y drenaje de la intimidad, en esa comunicación constante de idioteces como también un mecanismo del blindaje más bobo en el individualismo, pues todos los fetiches que se intercambian (fotos personales y familiares, ocurrencias del momento, nuevos ‘amigos’) se ponen en circulación al instante: se ‘comparten’ antes de ser vividos, sufridos. Es posible que la asombrosa obediencia masiva en las democracias, tanto o más que los nuevos movimientos sociales, se explique por estas nuevas redes de ‘geometría variable’ que atrapan al sujeto.
En este sentido, Internet puede ser no menos alienante que la más nauseabunda televisión. Es preciso volver a aprender a detenerse, a desaparecer, a escuchar el silencio.
Es necesario inventar interruptores de esta circulación continua que (incluso clavada en las redes) es la peor de las armas del poder, de un poder que nos expropia por dentro. Es la violencia de vivir la que nos quita el ‘sistema’.
Tanto la histeria de la cobertura técnica como la incesante demonización de los alivios autónomos del individuo (el sol, el tabaco, el aire libre, la comida, el alcohol, las relaciones, el sexo) son una astucia de la razón occidental para hacer sociodependiente al sujeto. Una dependencia que después, con más medios técnicos y sociales, ya no tiene cura. Todo lo que no sea recuperar tecnologías de la vida al desnudo, tecnologías que nacen de la propia indefensión de vivir, es entrar en una vía de heteronomía que tiene graves implicaciones psíquicas y corporales.


El rapero de Sevilla, Tote King, vuelve con un polemico videoclip llamado Redes Sociales, donde defesnestra la nueva moda de revelar la intimidad por internet, sobretodo en Facebook, Tuenti y Twitter.
Sin dudas Redes Sociales tendra tantos detractores como amantes, pero lo que es seguro, no dejara a nadie indiferente. Sony lanzo este video de forma exclusiva en VidZone, para verlo con la Playstation 3, pero ya ha sido filtrado a YouTube (gracias a las Redes Sociales ).
Aca les dejo el nuevo video de Tote King Redes Sociales, primer corte de su proximo disco, El Lado Oscuro de Ghandi







http://www.youtube.com/watch?v=OB65eOkb8qs

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