miércoles, 1 de julio de 2009

1009-2009 Onetti


Nombre Juan Carlos Onetti Nacimiento 1 de julio de 1909 Uruguay, Montevideo
Defunción 30 de mayo de 1994, 84 años España, Madrid
Ocupación Escritor
Nacionalidad Uruguaya
Cónyuge María Amalia Onetti(1930-1933)María Julia OnettiElizabeth María PekelharingDorothea Muhr
Descendencia Jorge Onetti Onetti Borges (1930-1998)Isabel María (1949)
Biografía
Hijo de Carlos Onetti y Honoria Borges, tuvo dos hermanos, uno mayor que él, Raúl, y una hermana menor, Raquel. En 1930 se casó con su prima, María Amalia Onetti. En marzo del mismo año la pareja viajó a Buenos Aires
El 16 de junio de 1931 nació su primer hijo: Jorge Onetti Onetti Borges, también escritor, fallecido en 1998. En 1933 se separa de su mujer y un año más tarde, de regreso en Montevideo, vuelve a contraer matrimonio, ahora con la hermana de María Amalia, María Julia Onetti.
En 1939 es nombrado secretario de redacción del semanario Marcha, cargo que desempeña hasta 1941, cuando comienza a trabajar en la agencia de noticias Reuters. Ese mismo año, conservando el empleo en Reuters, viaja nuevamente a Buenos Aires, donde permanecerá hasta 1955. Trabaja como secretario de redacción de las revistas Vea y Lea e Ímpetu.
En 1945 se casa con una compañera de trabajo en Reuters, la holandesa Elizabeth María Pekelharing. El 26 de julio de 1949 nació su hija Isabel María (Litti). A fines de 1955 regresó a Montevideo y comenzó a trabajar en el diario Acción; contrajo matrimonio por cuarta vez, con la joven argentina de ascendencia alemana Dorothea Muhr (Dolly).
Fue encarcelado en 1974, durante la dictadura de Juan María Bordaberry, y el poeta español Félix Grande, entonces director de Cuadernos Hispanoamericanos, recogió firmas para lograr la liberación de Onetti.
Al año siguiente viaja a España con su esposa, invitado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, ciudad en la que finalmente fija su residencia. Cuando en 1985 la democracia regresa a Uruguay, el presidente electo, Julio María Sanguinetti, lo invita a la ceremonia de instalación del nuevo Gobierno; el escritor agradece la invitación pero decide permanecer en Madrid. Onetti muere el 30 de mayo de 1994, en una clínica de la capital española, ciudad en la que vivió 19 años, de los cuales pasó enclaustrado los últimos cinco años, sin salir prácticamente de su cama.
A lo largo de la historia de la literatura hispanoamericana, hubo una generación que se caracterizó por una «novísima» sensibilidad. Los integrantes de esta no traían los consabidos «anti» con que toda generación suele presentarse a la palestra, no fueron ni antimodernistas ni antivanguardistas.
Aparecieron sin hacer ruido, sin declarar la guerra a nadie, sin ser notados, con una obra silenciosa, lenta, segura, seria, sin cursilerías (modernismo) ni puerilidades (ultraísmo). Esta fue la Generación del 30, a quienes todo les interesaba: nuevas disciplinas filológicas, nuevas teorías literarias, nuevas filosofías, nuevas literaturas. A decir de E. Anderson Imbert: «Nunca hubo en nuestra América un grupo tan bien informado sobre tan vastas actividades culturales como este que apareció después de 1930»Se considera que estaban más cerca de los constructores de la literatura que de los desconstructores, más cerca de la originalidad que de la novedad. En el ámbito universal tenemos una crisis económica que convulsionó al mundo entero a la par del liberalismo, la Acción Católica adoptó formas del fascismo italiano, Hitler infundía el terror con sus crecientes éxitos, fracasó la República en la Guerra Civil Española, finalmente triunfó el fascismo y todo ello hizo difícil la creación literaria, se limitó la libertad intelectual. Dentro de este contexto en los hispanoamericanos se tiende a la separación de los modelos europeos, hay una búsqueda de la identidad propia, de los valores perdidos. No interesa contar la historia sino la forma en que se cuenta, se llega a los personajes a partir de las acciones. Se escriben novelas donde no hay orden en los episodios, ni identidad en los personajes. El tratamiento del tiempo convertía el espacio en que transcurría la novela en una pura metáfora; o hacía renunciar a la cronología de los hechos para presentar simultáneamente vidas distintas o momentos distintos de la misma vida. El punto de vista era móvil, imprevisible, microscópico. Juan Carlos Onetti, quien desde sus inicios hasta el final de su creación mantuvo como denominador común de sus palabras la desesperanza, el tedio, el vacío, una prosa ríspida, ácida, brutal. No desarrolla una literatura piadosa, ni alentadora de los buenos sentimientos, ni emisora de mensajes positivos sino como literatura al fin que recoge toda la vida, recoge entonces lo malo, lo negativo del ser humano. Se le considera un maestro en los experimentos técnicos, en las rotaciones del punto de vista, en los diálogos telescópicos, en el rejuego de planos narrativos. Su literatura no tiene asideros en la realidad, para escribir parte de una obsesión vital, no de una historia premeditada: «Siempre escribí para mi dulce vicio en mi caso el lector no es imprescindible»
Actividad literaria
La primera obra que publicó fue el cuento Avenida de Mayo-Diagonal-Avenida de Mayo el 1 de enero de 1933 en La Prensa (Argentina).
Luego, en 1935 y 1936, en La Nación de Buenos Aires aparecen otros dos cuentos El obstáculo y El posible Baldi. De aquella época son el relato Los niños en el bosque y la novela Tiempo de abrazar, que no serán publicados hasta 1974
. En 1939 ve la luz su primera novela El pozo. En esos años publica artículos y cuentos policiales con los seudónimos de Periquito el Aguador, Groucho Marx y Pierre Regy. La novela Tierra de nadie, publicada en 1941, obtiene el segundo puesto en el concurso Ricardo Güiraldes. Ese mismo año La Nación publica Un sueño realizado, considerado su primer cuento importante. En los próximos años verán la luz la novela Para esta noche y una serie de cuentos en La Nación, entre los que destaca
La casa en la arena (1949), por ser el que da comienzo al mundo de su ciudad de Santa María, que desarrollará en la novela La vida breve, publicada en 1950. Precisamente en esa ciudad mítica transcurrirá la acción de la gran mayoría de sus nuevas novelas y cuentos. En 1993 publicó la que fue su última novela, Cuando ya no importe, considerada una especie de testamento literario.
Premios y distinciones
Juan Carlos Onetti recibió numerosos premios a lo largo de su vida, entre los que destacan el Premio Nacional de Literatura de Uruguay (lo recibe en 1962 por el bienio 1959/1960), el Premio Cervantes (1980), el Gran Premio Nacional de Literatura de Uruguay 1985, el Premio de la Unión Latina de Literatura 1990 y el Gran Premio Rodó a la labor intelectual, de la Intendencia Municipal de Montevideo (1991).
En 1972 fue elegido como el mejor narrador uruguayo de los últimos 50 años en una encuesta realizada por el semanario Marcha, en la que participaron escritores de distintas generaciones. En 1980 fue propuesto por el Pen Club Latinoamericano como postulante al Premio Nobel de Literatura.
Obras
El pozo, 1939.
Tierra de nadie, 1941.
Para esta noche, 1943.
La vida breve, 1950.
Los adioses 1954.
Para una tumba sin nombre, 1959.
La cara de la desgracia, 1960.
El astillero, 1961.
El infierno tan temido y otros cuentos, 1962.
Juntacadáveres, 1964.
La muerte y la niña, 1973.
Tiempo de abrazar, 1974
. Dejemos hablar al viento, 1979.
Presencia y otros cuentos, 1986.
Cuando entonces, 1987.
Cuando ya no importe, 1993.
Filmografía
**El infierno tan temido (1980), del director argentino Raúl de la Torre sobre el cuento homónino de Onetti. Ganó el Cóndor de Plata a la mejor película de 1981
.** La suerte está echada (1989), del director argentino Pedro Stocki. Adaptación de la novela La cara de la desgracia.
**El astillero (2000), del director argentino David Lipszyc. Adaptación de la novela homónima. **Cortázar: Apuntes para un documental, dir. Eduardo Montes-Bradley. Ar
El interrogatorio
¿El principal rasgo de su carácter? – La pereza.
¿La cualidad que desea en un hombre? – La bondad.
¿La cualidad que prefiere en una mujer? – La ternura.
¿Lo qué más aprecia en sus amigos? – Lealtad
.¿Su principal defecto? – Ninguno.
¿Su ocupación preferida? – Leer novelas policiales
¿Su sueño de dicha? – Whisky y una buena novela policial que todavía no he leído
.¿Cuál sería su mayor desdicha? – Superstición. No la nombro.
¿Qué quisiera ser? – Yo, en las condiciones presentes, pero con veinte años
.¿Dónde desearía vivir? – En cualquier sitio, pero de rentas.
¿El color que prefiere? – El rojo.
¿La flor que prefiere? – La rosa amarilla.
¿El pájaro que prefiere? – El gorrión.
¿Sus autores preferidos? – La Biblia, Faulkner, Proust, Céline, Dostojewski, Cervantes, Hemingway.
¿Sus poetas preferidos? – Shakespeare, Walt Whitmann, Pablo Neruda, César Vallejo, Luis Rosales.
¿Sus héroes de ficción? – Los que yo invento
¿Sus héroinas favoritas de ficción? – Las que yo invento
.¿Sus compositores preferidos? – Tchaikowsky, Prokofiev, Beethoven, Ravel, Mozart
.¿Sus pintores predilectos? – Gaugin, Van Gogh, Picasso, Goya, Klee, Braque
.¿Sus héroes de la vida real? – El Che Guevara
.¿Sus héroinas de la vida real? —
¿Su nombre preferido? – María.
¿Que detesta más que nada? – Ver sufrir sin poder hacer nada para remediarlo.
¿Qué caracteres históricos desprecia más? – Los dictadores.
¿Qué hecho militar admira más? – La campaña de Napoleón en Italia.
¿Qué reforma admira más? – Ninguna evitará la muerte.
¿Qué dones naturales quisiera tener? – Hacerme invisible
.¿Cómo le gustaría morir? – De ninguna manera.
¿Estado presente de espíritu? – Resignado.
¿Hechos que le inspiran más indulgencia? – Todo lo que se haga por amor
.¿Su lema? – Que me dejen en paz.
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Decálogo más uno, para escritores principiantes
I. No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo
.II. No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo
.III. No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.
IV. No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.
V. No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar
.VI. No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo.
VII. No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios
VIII. No olviden la frase, justamente famosa: 2 más dos son cuatro; pero ¿y si fueran 5?
IX. No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario
.X. Mientan siempre.
XI. No olviden que Hemingway escribió: "Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer."

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