Gracias a la notoriedad que obtuvo por la serie Tiranos Temblad, el afamado violinista ruso Aleksey Igudesman tocará por primera vez en el país que, según afirmó “es le mejor”.
Igudesman llegará este lunes a Montevideo invitado por el Ministerio de Turismo para realizar el video oficial de Uruguay, la canción que lo hizo conocido popularmente en YouTube por estos lares, y que según confirmó a El Observador la agencia Young & Rubicam, también servirá de spot publicitario para el organismo estatal.
El audiovisual retratará imágenes de destinos turísticos y naturales para reflejar la idea central de la canción. Según cuenta el violinista, la inspiración para crear Uruguay llegó cuando visitó por primera vez el país y es esta canción la que utiliza usualmente para cerrar sus shows en vivo.
Esta, sin embargo, no será la única intervención del violinista en el país.Junto a la Orquesta Juvenil del Sodre, el jueves 14 realizará un show en el Teatro Solís con su colega, el pianista de descendencia coreana Hyung-ki Joo. Juntos conforman el dúo Igudesman & Joo, cuyos shows combinan la música clásica con el humor y, buscando alcanzar al mayor número de personas, realizan también versiones de canciones populares como I Will Survive y All By Myself.
La asistencia a este show será únicamente por invitación.Con sus espectáculos (muchos de los cuales se pueden encontrar en YouTube y cuentan con millones de vistas), han recorrido buena parte del mundo, cubriendo Europa, Asia y Estados Unidos, y realizarán en el Solís su primer show en Sudamérica.
El virtuoso dúo se ha presentado también con músicos de la talla de Joshua Bell y sus dotes actorales se han lucido junto a profesionales como John Malkovich, Roger Moore y el músico Billy Joel.En beneficio de Unicef en 2011 los músicos reunieron a 100 violinistas de todo el mundo para romper el récord de unir en un mismo escenario al mayor número de “Violinistas Bailarines” tocando juntos
http://www.youtube.com/watch?v=WvCCCMVYunY
BERRO AL AIRE
Una de las grandes preguntas de la próxima elección es, una vez más, cómo habrán de comportarse electoralmente el cuarto de millón de jóvenes que votarán por primera vez el año próximo
El Frente Amplio, desde siempre, ha tenido una gran ventaja sobre sus rivales: ha logrado captar mucho mejor que los partidos fundacionales el apoyo electoral de los que votan por primera vez. Esto, a su vez, le ha permitido crecer, elección tras elección, por mero “efecto demográfico”, como muy tempranamente advirtieran numerosos expertos.
Si el cambio en el padrón electoral se define como la diferencia entre los que ingresan (porque cumplieron 18 años) y los que egresan (porque fallecieron durante el período interelectoral), durante varias décadas al menos una parte significativa del crecimiento electoral del FA se debió, simplemente, a la renovación del padrón: la proporción de votantes frenteamplistas entre los nuevos electores fue sistemáticamente mayor que entre los de mayor edad.
Por eso mismo, una de las grandes preguntas de la próxima elección es, una vez más, cómo habrán de comportarse electoralmente ese cuarto de millón de jóvenes que votarán por primera vez el año próximo.
¿Se seguirá manteniendo la ventaja histórica del FA o esta tendencia empezará a cambiar?
Hay poca información de opinión pública disponible hasta el momento.
Un sondeo de Cifra publicado en Búsqueda en octubre muestra que la intención de voto hacia el FA entre los nuevos votantes sigue siendo muy alta (60%) y sensiblemente superior al promedio de la población (45%).2
Sin embargo, hay buenas razones para preguntarse si el atractivo del FA en las nuevas generaciones no estará llamado a ir disminuyendo. Les propongo pensar sobre este asunto desde tres ángulos distintos.
** En primer lugar, es obvio que el FA tiene un problema muy serio por el lado de la oferta. Sus tres principales referentes superaron los 70 años: Tabaré Vázquez y Danilo Astori nacieron en 1940; José Mujica, el mayor de los tres, en 1935.
El promedio de edad de los ministros de Mujica es 58 años (inferior a los 65 años de promedio del gabinete de Vázquez).
Aunque pertenecen a una generación distinta a la de las tres principales figuras, no pueden disimular las cuatro décadas de diferencia que los separan de la edad de los nuevos votantes.
Por otro lado, es evidente que el FA dispone de cuadros jóvenes, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Parlamento.
Sin embargo, ocupan cargos de menor visibilidad.
También es cierto que algunos dirigentes en ascenso, como Constanza Moreira y Raúl Sendic, vienen insistiendo en la necesidad de la renovación generacional.
Aun así, en términos de oferta, el FA está en peores condiciones para luchar por el voto juvenil que los partidos de oposición.
**En segundo lugar, aunque el FA ha obtenido éxitos rotundos como partido de gobierno desde 2005 en adelante en muchos planos, es evidente que ha fracasado en dos temas especialmente importantes para los jóvenes: seguridad ciudadana y educación.
Muchos de ellos, durante todos estos años, deben hacer sido víctimas de diferentes delitos.
¿A qué partido preferirán votar? ¿Al de gobierno o los de oposición?
La mayoría de los nuevos votantes no terminaron enseñanza secundaria. La oferta de la educación pública uruguaya, en lugar de entusiasmarlos, tiende a desalentarlos. No me asombraría que muchos de ellos, el año próximo, manifiesten su frustración castigando al partido de gobierno. De todos modos, cabe dejar constancias de algunos matices. En algunos temas importantes el FA logró sintonizar con las preferencias de los más jóvenes. Pienso, en particular, en asuntos como la agenda de los “nuevos derechos” y la nueva regulación sobre la comercialización de cannabis.
** En tercer lugar, después de más de dos décadas administrando Montevideo y de casi una controlando el gobierno nacional, es evidente que el FA ha dejado de ofrecer el encanto de lo nuevo, el atractivo de lo desconocido. El FA, el partido que desde su nacimiento enarboló más intensamente que ningún otro la bandera del cambio ha pasado a ser, por razón de su propio éxito político, el partido del statu quo.
No hace falta haber leído el Ariel de Rodó para suponer que los más jóvenes tienden a rebelarse contra los poderes establecidos y los valores y creencias de las generaciones anteriores. Se dirá, con toda razón que, hasta la fecha, esto no ha sido así. Se dirá que, durante las últimas dos décadas, los padres frenteamplistas han mostrado ser mejores que los de los partidos fundacionales en la transmisión de sus convicciones políticas. Es cierto. Pero cabe preguntarse hasta cuándo.
La batalla por los nuevos votantes es una de las dimensiones más interesantes de las próximas elecciones. Por eso mismo, vale la pena prestar atención a cómo enfocan los distintos actores este aspecto de sus respectivas campañas. En particular, habrá que ver cómo se las ingenia el FA para preservar y reproducir su clásica hegemonía sobre los más jóvenes.
Mujica, el intelectual
Mujica tiene la capacidad de tomar distancia de su actividad como gobernante para darle una mirada crítica a su accionar y al de su fuerza política, como gobernante. Es un ávido lector, un observador atento de los procesos presentes y pasados y un constante provocador del sentido común instalado, que ha interpelado varias de las ortodoxias que conviven dentro de la izquierda. Lee, estudia, opina críticamente, y no pocas veces intervino lúcidamente en la esfera pública nacional e internacional. Es decir: Mujica hace varias de las cosas que hace un intelectual. Tal vez pueda ser considerado uno de nuestros más influyentes intelectuales públicos. Sin embargo, parece no gustarle que otros se dediquen de manera sistemática o profesional a hacer lo que él hace.
La semana pasada el presidente retomó sus cíclicas diatribas generalizantes y ambiguas contra los "intelectuales": "Nada puede igualar en nocividad a los pequeños burgueses acomodados profesionalmente en el oficio de criticar todo lo que se hace". En este caso su cuestionamiento abarcó desde los escribanos y abogados "que defienden a los ricos" hasta aquellos de izquierda que "no están para nada". Para él, todos son profundamente individualistas, hipócritas y no se comprometen con ningún proyecto colectivo. Los caricaturiza diciendo que "ni se les pasa por la cabeza comprar medio kilo de chorizos para compartir con los que necesitan" y que "empiezan haciendo vacaciones en Punta del Diablo, o lugares parecidos, recalan en Florianópolis y al final hacen algún viajecito a Miami".
Ya nos estamos acostumbrando a estas frecuentes intervenciones, en las que el presidente pone muchos gatos en la misma bolsa. Seguramente, si Mujica afinara la mirada, la conversación podría ser más productiva. Se podría discutir abiertamente sobre aspectos de la vida universitaria como la relación entre conocimiento y gestión o lo que ha pasado con las ideas de izquierda en el mundo académico, entre otras coas. Pero las generalidades del presidente cancelan todo diálogo razonable.
De todos modos, si repasamos su historia personal y la de la organización política que él ayudó a construir, sus planteos resultan algo extraños. Mujica ha tenido una larga preocupación por la formación intelectual y, como él lo ha testimoniado, la experiencia académica lo impactó fuertemente a fines de los 50. Por aquellos tiempos Mujica tomaba cursos en la Facultad de Humanidades y según cuenta disfrutaba muchísimo las tertulias que se ambientaban entre estudiantes y profesores. En múltiples discursos el presidente ha mencionado al escritor Paco Espínola, al español José Bergamín, al antropólogo brasileño Darcy Ribeiro y a varios compañeros de estudio, como los antropólogos Renzo Pi Ugarte y el escritor Alejandro Paternain, entre otros.
En los 60 los tiempos de la política se volvieron más urgentes y Mujica abandonó la educación formal, pero su interés por las ideas continuó. Mujica está muy consustanciado de los debates del revisionismo histórico, de la llamada izquierda nacional en Argentina, así como de los infinitos debates académicos y políticos que se dieron dentro de la izquierda latinoamericana. En aquel momento militante e intelectual no resultaban figuras contradictorias. La política era un espacio de formación intelectual.
Por otra parte el MLN-T, que Mújica ayudó a construir, estuvo muy cercano a la vida académica y universitaria. Múltiples ejemplos lo atestiguan. Raúl Sendic, su principal líder, fue un estudiante de Derecho que a fines de los los 50 promovió la organización de los trabajadores rurales con el apoyo de la Juventud Socialista y las redes que había construido en el centro de estudiantes de Derecho. Lucía Topolansky integró una agrupación estudiantil de la Facultad de Arquitectura que a fines de los 60 terminó en el MLN-. En 1968 los tupamaros reconocían en un documento que los estudiantes secundarios y universitarios serían un actor central en la construcción de un movimiento revolucionario. De hecho, dicho aluvión estudiantil sería lo que terminó de transformar a los tupamaros en una fuerza política protagónica del período.
1968 también marcó un viraje en la visión de ciertas izquierdas en relación al mundo académico. Una suerte de antiintelectualismo de izquierda comenzó a impactar sobre la izquierda más radical. Se creía que la revolución estaba "a la vuelta de la esquina" y que el trabajo académico debía ser sacrificado en pos de la lucha revolucionaria. Benedetti lo ilustró gráficamente en un poema sobre la muerte del Che: "Da vergüenza el confort...cuando tú, comandante, estás cayendo".
Después llegó la dictadura, con otras maneras más radicales, sangrientas y brutales de antiintelectualismo. Los dictadores tuvieron muy claro el papel que había tenido la educación en general y la universidad en particular en el proceso de radicalización y crítica social que se había desarrollado en los 60. Así fue que arremetieron contra las ideas, instituciones y personas vinculadas a aquel mundo académico. Cuando volvió la democracia, izquierda y universidad se reencontraron. Incluso los tupamaros retomaron cierta cercanía: reconocidos militantes del movimiento, como Ernesto Agazzi y Ricardo Ehrlich, tuvieron roles destacados en la vida universitaria. Sin embargo en los últimos años algo parece empezar a romperse.
Lo paradójico es que más allá de las diatribas que Mujica reitera ,varios actores universitarios han tenido un importante involucramiento en asuntos centrales del accionar de estos ocho años de gobiernos progresistas. Entre otros aspectos podemos mencionar las políticas fiscales, los estudios sobre desigualdad y pobreza, el apoyo a las políticas del Ministerio de Desarrollo Social, el apoyo a las políticas de diversidad sexual, y por último, las investigaciones sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en dictadura. De todos modos dicho involucramiento no inhabilita a estos académicos a pensar libremente, tan libremente como lo hace el presidente Mújica sobre su propio gobierno. La diferencia es que a ellos se les paga para que tengan una mirada crítica abierta que, sin negar sus referencias ético-políticas, se sitúe a cierta distancia de las pasiones coyunturales.
La revolución ya no está a la vuelta de la esquina; Mujica recupera la forma sin el contenido de aquel discurso. Tal vez por eso mismo es que el presidente opta por inventar un conflicto con un supuesto enemigo que no es tal. La política muchas veces requiere construir un antagonista. Pero en estas circunstancias de crecimiento e inversión extranjera -aquello que en su tiempo se llamaba el "enemigo de clase"- los antagonistas tradicionales de las políticas de izquierda son un bien a preservar. Frente a esto el presidente opta por dar una "lucha de clase decorativa". Parece mucho más fácil destilar veneno contra aquellos que no tienen poder que contra los que sí lo tienen. Aldo Marchesi
"Pifia" del sector de Sendic provoca cambios en el accionar de diversos grupos políticos
711La cuestionada decisión de Compromiso Frenteamplista (lista 711) de utilizar como slogan una frase vinculada a la empresa que fue presidida, hasta hace unos días, por quien hoy es el lider y candidato principal del sector ("el Uruguay que queremos"), motivó que diferentes grupos políticos pusieran las bardas en remojo para evitar críticas similares a las recibidas por el ex presidente de ANCAP. A continuación, algunos de los cambios que se realizarán en distintos sectores, tanto del oficialismo como de la oposición.
Carolina Cosse – Con una clara intención de ser candidata a la Intendencia de Montevideo, la ingeniera Carolina Cosse abrirá su propio sector dentro del grupo al que pertenece (Movimiento de Participación Popular, MPP), con el objeto de "marcar" los votos y medir sus fuerzas rumbo a las elecciones departamentales. Esta intención permanece intacta, lo único es que el nombre no será, como se pensó inicialmente, Alternativa Natural Tradicionalista Elegante y Libre (ANTEL) sino Agrupación Revolucionaria Estatista Nadie Afuera (ARENA). El slogan del sector será "la empresa es la comunicación de los uruguayos".
Luis Lacalle Pou – La estética "Twitter" utilizada por el candidato nacionalista será retirada inmediatamente. En efecto, tanto en la publicidad como en su página web, abundan elementos idénticos a los usados por la red de microblogging Twitter (el tono azul claro, el símbolo de cuenta verificada, etc.). En su lugar se utilizarán tonos de azul más oscuros y un símbolo con un pulgar hacia arriba. Cuando comentamos que eso era igualito a Facebook, asesores del sector dijeron que no.
Frente Líber Seregni – Ante la posibilidad de que familiares del Gral. Seregni lleven adelante un juicio por deterioro de la imagen del líder histórico del Frente Amplio, esta agrupación cambiará su nombre. Se maneja con mucha fuerza el nombre de AVAL-URUGUAY.
José Amorin Batlle – Se mantendrá en el PROBA (PROpuesta BAtllista), pero intentará generar un espacio de mayor amplitud, en busca de adhesiones que le permitan disputar la candidatura a Pedro Bordaberry. El propio líder de Vamos Uruguay, en un gesto de solidaridad, le habría sugerido PLenario Uruguayo Nueva Alegría (PLUNA), pero para evitar situaciones similares a las que tuvo que enfrentar Sendic, el nombre será cambiado por TIempo Trabajo y Acuerdos, Nuevo Impulso Colorado (TITANIC), también sugerido por el senador Bordaberry.
Ana Olivera – Otra política que busca generar su propio espacio, sin abandonar su sector original y motivada por la posibilidad de una reelección. En su caso, la agrupación iba a llevar por nombre Movimiento Ana Mandataria (MAM) y por slogan "Reencontrate con lo natural", pero por todo lo anteriormente explicado, también lo cambiaría. El nuevo nombre está aún en discusión y existirían dos opciones ?ara el slogan: Ana corre más que Garzón y Más vale sola que Urruzola.
María Julia Pou Brito del Pino – La ex primera dama volvería al ruedo político con sector propio, tal y como lo hizo en las elecciones de 1999, utilizando el mismo nombre que aquellas últimas elecciones del siglo XX: Acción Comunitaria. En este caso que la organización no gubernamental filantrópica dirigida por ella, durante la presidencia de Luis Alberto Lacalle, se llamara de forma algo parecida (Acción Solidaria), no resultaría un obstáculo porque ya que nadie se acuerda de la ONG en cuestión, ni siquiera ella.
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