Domingo Tortorelli
LAS PRIMERAS ELECCIONES PRESIDENCIALES de la década del cuarenta coincidieroncon el pleno desarrollo de la SegundaGuerra Mundial.
En noviembre de 1942, el grueso delelectorado estaba acaparado por los dos partidostradicionales. La creciente intervenciónarmada de Estados Unidos en el conflictomundial, así como su intrusión diplomáticomilitar cada vez mayor en los países de AméricaCentral, generaba reacciones diversasen las tiendas políticas de nuestras tierras, que se evidenciaban en las arengas de losdistintos candidatos promulgando el rechazoo la anexión a la doctrina Monroe.
Uruguay, gobernado en las primerasdécadas de este siglo por el batllismo, habíasostenido tradicionalmente una políticapanamericanista, apoyada en el ideal de launión de los intereses de las Américas, quedesde un punto de vista práctico mostrabauna cierta afinidad con los intereses norteamericanosde entonces
Pero el golpe deTerra había generado divisiones en filas coloradas,resultando la fórmula de Juan Joséde Amézaga y Alberto Guani la más convenientepara contribuir a la que finalmentesería su victoria por holgado margen.
En el Partido Nacional, la tajantedivisión entre herreristas y blancos independientesencontraba un único frentecomún en la posición antiimperialista y derechazo a la intervención de Estados Unidosen los asuntos de otros países.
Los sueños de Tortorelli
Los sueños de Tortorelli
Canillas de leche en las esquinas,
carreteras en bajada para ahorrar combustible
jornadas laborales de 15 minutos
reforma agraria sin exclusiones
eran algunas de las quiméricas propuestas de campañade un candidato singular que prefería «cortarse solo» alos grandes partidos políticos que le prometían un lugar destacadoen sus tiendas. Se autodenominaba pomposamente «el primer demócrata» y fue, a su modo, el primer y último candidato del disparate
Si bien Tortorelli forma parte del folclore nuestro de cadadía, la frescura y la candidez de su memoriasirven para recordarnos que la política—aún en estos tiempos de tecnocracias,estrategias y prudencias propositivas— esla que nace del pueblo y sus inquietudesbásicas.
Tortorelli fue un candidato diferente al resto. Al menos sus propuestas eran originales:
- Para evitar que haya pobres durmiendo a la intemperie en un banco de la plaza... techar las plazas!!! (no solucionas la pobreza pero no duermen a la intemperie)
- Que todos los ciudadanos mayores de edad fueran empleados públicos
- Techar el Estadio Centenario
- Crear 200 cines municipales gratuitos
- Transformar el Valle Edén de Tacuarembó en una nueva Venecia, inundandolo
- Implantar el matrimonio obligatorio a partir de los 25 años.
- Rebajar a la mitad de precio la yerba, el azúcar y el vino
. .. y aún así cosechó dos votos menos que en el 42 (apenas llegó a 38 sufragios). Cabe agregar que su esposa, Anatolia Manrupe de Tortorelli, docente y bastante mayor que él, integraba la fórmula presidencial.
. .. y aún así cosechó dos votos menos que en el 42 (apenas llegó a 38 sufragios). Cabe agregar que su esposa, Anatolia Manrupe de Tortorelli, docente y bastante mayor que él, integraba la fórmula presidencial.
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